miércoles, 2 de abril de 2008

Investigadores chilenos crean moderno detector de minas antipersonales



El innovador invento evitará muertes y mutilaciones del personal encargado de las tareas de desminado, convirtiéndose en una importante herramienta de ayuda humanitaria a nivel mundial y un pionero en este tipo de tecnología.

En el norte chileno existen cerca de 117 mil minas antipersonales que fueron instaladas para resguardad la seguridad territorial durante el siglo pasado. Debido a sus devastadoras consecuencias, Chile suscribió la Convención de Ottawa en la que se comprometió a remover todo el material bélico de su territorio antes del 2012.

Esta labor implicaba un inmenso riesgo para los encargados de la remoción y despertó la preocupación de un grupo de profesionales de la Universidad Católica y de la Academia Politécnica Militar del Ejército de Chile, quienes crearon un sistema de detección e identificación de fenómenos bajo la superficie terrestre y con fines humanitarios. El propósito inicial fue crear un instrumento que permitiera ver bajo el suelo y que lograra aumentar los estándares de seguridad, señala el director del proyecto, Mario Durán Toro, profesor de la Escuela de Ingeniería de la UC.

Con los recursos recibidos por el Fondef, el grupo logró crear un radar que actúa desde el aire, penetra la superficie terrestre y que, al encontrar material extraño, envía señales e imágenes de alta resolución hasta un monitor. Además, permite crear un mapa de riesgo con el 97 por ciento de éxito.

Esto fue un gran avance ya que el material explosivo está bajo tierra, agrega su creador. La gran mayoría no se ve a simple vista y aquellos de los que se tiene registro, formalmente por viento, lluvias o temblores se desplazan. Este invento entrega información de calidad y en tiempo real.

El proyecto tomó veinticuatro meses y significó una inversión de cerca de 745 millones de pesos. Mario Durán asegura que la transferencia tecnológica a partir de este proyecto permitirá potenciar el producto hacia el mercado mundial, considerando que habría cerca de 100 millones de minas antipersonales sembradas en 80 países.

El desafío

El radar está diseñado para zonas desérticas, es decir, aquellos lugares que poseen vegetación aún sortean el problema de la localización de minas antipersonales y antitanques. Es el caso de la Patagonia chilena o Corea del Norte.

Para Mario Durán, esta situación es un problema alta complejidad y se convierte en el principal desafió para el futuro. Es por ello que mañana, la comisión creadora está invitada a exponer su invento ante las Naciones Unidas con sede en Ginebra.

Los propósitos son discutir la pertinencia de comercialización y todo lo que implica crear una tecnología que sirva para las zonas de baja vegetación. Además, sostendrán reuniones con importantes empresas europeas interesadas en transformarse en potenciales socios estratégicos en el desarrollo del producto para ampliarlo a otras áreas como la minería.

Pese a la tarea pendiente, dimos un enorme paso, que demuestra las capacidades y el talento de los científicos chilenos, ya que a partir de un problema puntual, logramos crear una solución práctica. Esa es la base para el desarrollo de Chile.


El des minado del norte de Chile, conlleva a otro problema más o menos grave, el cambio de la política de defensa en las zonas fronterizas del país, ya que antiguamente esta barrera era la primera línea de la defensa nacional.

Con este invento se demuestra que en Chile hay personas capacitadas para realizar buenos inventos los cuales son perfectamente exportables.

el F-5 Tigre III



El F-5E Tiger II, es la versión más potente del famoso F-5 freedomfighter, este caza obtuvo este nombre debido a que los Estados Unidos compraron grandes cantidades de este avión para suministrarlo a naciones anticomunistas que no poseían recursos para comprar cazas más sofisticados, el F-5 es el avión militar de mayor éxito de ventas que nunca fue adquirido por su propio país de origen, excepto una pequeña cantidad para un escuadrón de evaluación y otra para entrenamiento especial de combate. La primera excepción se produjo a fines de los sesenta cuando la Fuerza Aérea evaluó el F-5A en Vietnam, en condiciones reales de combate. El resultado de la experiencia fue el desarrollo del F-5E Tiger II cuyo trabajo comenzó en 1969 para competir en un concurso sobre un nuevo caza de exportación, la segunda excepción por parte norteamericana es la utilización de los F-5 en simulaciones de combate aéreo contra aviones más sofisticados y costosos, demostrando el F-5 sus extraordinarias capacidades. La FACH estuvo interesada en el F-5E Tiger II pero razones políticas y presupuestarias impidieron su compra, el presidente Allende había ofrecido a la FACH aviones Mig soviéticos pero ésta no se intereso en la oferta, bajo el gobierno militar del general Pinochet la Fuerza Aérea cumpliría su sueño y el año 1976 arribaban a Chile los aviones Tiger II, introduciendo a Chile en la aviación supersónica de combate, sin embargo poco duraría la operatividad de estas aeronaves producto de la enmienda Kennedy, para la crisis con Argentina solo 5 aviones se mantenían en vuelo, la FACH comenzó a evaluar la posibilidad de vender los aviones pero la idea no se llevó a cabo, con la ayuda de la industria aeronáutica israelí se comenzó un ambicioso programa de repotenciación del avión el cual pasó a llamarse F-5 Tigre III su sofisticada aviónica y potentes sistemas de armas hacen del actual Tigre III uno de los pilares de la Fuerza Aérea de Chile, estos aviones prestan servicio en el Grupo de Aviación N° 7 en la "Base Aérea de Cerro Moreno", Antofagasta.

Estos aviones también tuvieron una destacada participación durante el red flag (ejercicio aéreo que se realiza en EEUU), derribando varios aviones de mayor velocidad y tecnología como son el F16 y F18.

Lamentablemente son los próximos en ser dados de baja en la Fuerza aérea de Chile, se busca reemplazo, hay varios en lista como el F-18, F-35(soñar no cuesta nada), y algunos modelos del viejo continente.